La distribución de la grasa corporal es clave para entender la salud metabólica, Existen dos tipos principales:
- La grasa abdominal o visceral, que se acumula alrededor de los órganos internos y metabólicamente activa, puede liberar sustancias inflamatorias y ácidos grasos que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipertensión. Este tipo de grasa es más común en hombres y mujeres en postmenopausia.
- La grasa glúteofemoral, que predomina en caderas, muslos y glúteos, tiene menor impacto en la salud metabólica, pero si se acumula en exceso puede afectar a la movilidad y al bienestar general de la persona. La grasa glúteofemoral es más típica en mujeres jóvenes en edad fértil.

Factores como la genética, las hormonas, la edad y el estilo de vida influyen en dónde se acumula la grasa. Por ejemplo, los estrógenos promueven la acumulación en las caderas y muslos, mientras que el cortisol y la testosterona están vinculados a la grasa abdominal. A medida que envejecemos, la grasa tiende a redistribuirse hacia el abdomen, incluso si el peso se mantiene estable. Por tanto, dos personas con el mismo peso o IMC pueden tener riesgos de salud muy diferentes dependiendo de su composición corporal y distribución de grasa o alguien con un peso normal o un IMC "saludable" podría tener una alta cantidad de grasa abdominal, lo que podría ser más peligroso para la salud que tener un poco más de peso, pero una distribución de grasa más saludable.
Para mejorar la distribución de la grasa corporal es recomendable llevar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, rica en nutrientes y baja en azúcares y ejercicio regular, tanto aeróbico como de fuerza. Un buen manejo del estrés y un sueño adecuado también son fundamentales, ya que los altos niveles de cortisol y la falta de descanso están asociados con el almacenamiento de grasa abdominal.
En conclusión, aunque el IMC y el peso son indicadores útiles, tienen limitaciones importantes para evaluar la salud individual. Incluso, la evaluación como la relación cintura-cadera o circunferencia de la cintura nos permite identificar mejor la acumulación de la grasa visceral que el IMC. Lo importante es tener una distribución adecuada de la grasa, ya que esta tiene un impacto mucho mayor en los riesgos metabólicos, cardiovasculares y generales, independientemente del número en la báscula o del IMC.